Agilidad no es sinónimo de rapidez. Significa acercarnos iterativamente a aquello que el cliente realmente valora, teniendo el dinamismo de modificar y corregir según se avanza.

Existen múltiples marcos de trabajo ágiles, a pequeña y a gran escala, ahora bien, si las personas no se comportan de forma ágil, se quedan en un simple escenario teórico. Si las normas, roles o eventos de los diferentes frameworks nos dicen qué hacer, son los principios y valores que nos indican cómo hacerlo. Si queremos una actitud ágil estos intangibles deben ser una realidad en el comportamiento del equipo.

La agilidad no es un método, son personas comportándose de forma ágil.